
26 Nov Salud ósea, ejercicio y alimentación.
Hoy en día, hay una gran preocupación por la salud ósea, sobre todo entre las mujeres. Y es que con la menopausia sucede una serie de cambios hormonales que perjudican a la masa muscular. No obstante, esta degradación de la masa muscular no se da únicamente en las mujeres. Todos tenemos cambios hormonales en nuestra vida que, llegada cierta edad, comprometen a nuestra musculatura, haciéndonos caer presas de la sarcopenia, que es la pérdida de masa muscular y por lo tanto, esta se ve comprometida, perdiendo cada vez más músculo, lo que afecta a la fuerza del mismo y a su funcionamiento.
Antes esto, el camino fácil es el más socorrido; beber leche, consumir suplementos nutricionales con calcio y esperar a no tener ningún problema óseo.
Pues bien, tengo noticias y no te van a gusta. Ese “esfuerzo” que haces de beber leche o tomar suplementos de calcio tendrá el mismo efecto en tus huesos que el que cabría esperar si no lo hicieras.
Imagina que te duele la cabeza, pero lo que haces para quitártelo es vendarte un tobillo. No tiene ningún sentido, ¿verdad? Entonces, ¿por qué, si estás perdiendo músculo, no centras tus esfuerzos en ganar masa muscular o evitar perderla?
Pero, ya que lo haces, hazlo bien. Normalmente, la gente opta por aumentar su ingesta de proteína; peeero… con el aumento de la ingesta de proteína comienza a aparecer un nuevo problema: la salud ósea empeora.
¿Por qué la salud ósea se resiente?
Por mucha proteína que comamos, este no se sintetiza correctamente porque en el organismo no existe el estímulo adecuado.
Diré más, seguro que conoces a personas que actualmente están realizando algún tipo de dieta hiperproteica. Puedes decirles de mi parte que, o controlan mucho otros factores de los que hablaré en el futuro, con sus actos favorecen la aparición de osteoporosis, un aumento de la probabilidad de padecer cáncer de mama, de colon, de próstata y de páncreas.
Lo que debes hacer es entrenar
Debes hacer ejercicio para estimular el crecimiento muscular. Sí, es una perogrullada, pero casi nadie cae en ello.
Y casi nadie cae en ello porque, a pesar de ser la única opción que te garantiza una salud ósea adecuada, requiere un esfuerzo que muy pocas personas están dispuestas a realizar, y, por tanto, nunca tendrán el resultado que desean (y necesitan).
Si decides hacer ejercicio, enhorabuena, estás eligiendo el camino correcto. A partir de aquí realmente notarás cambios si mejoras tu alimentación, porque el cuerpo será capaz de asimilar los nutrientes que le estás dando.
Por supuesto, es acertada la creencia de que el consumo de proteína crea músculo; está fundamentada en la ciencia. Pero para que haga efecto debemos tener una buena flora intestinal y digestiones adecuadas; de lo contrario, la salud ósea se verá afectada y, por supuesto, tu salud general también.
Para que te hagas una idea, para mejorar un aspecto, el que sea, de nuestro organismo, debemos actuar en varios ámbitos, todos ellos subsidiarios:
- Comienza a realizar ejercicios de fuerza, pero hazlo correctamente. Busca un profesional que te preste la atención que mereces antes, durante y después de la realización de la actividad deportiva.
- Hacer que tu sistema digestivo funcione bien. Necesitas que tu intestino sea capaz de absorber correctamente la vitamina D.
- Conseguir unos niveles de vitamina D adecuados, que es una consecuencia de lo anterior.
- Tomar la proteína necesaria, por supuesto; ni te quedes por debajo, ni superes tu máximo recomendado.
- Tener en cuenta que los protectores de estómago perjudican la densidad ósea, por lo que deberías evitarlos en la medida de lo posible.
Para terminar, es importante que entiendas que las mejoras no se ven de la noche a la mañana. Estamos hablando de cierta inversión de tiempo y disciplina. Por otro lado, los resultados merecen el esfuerzo; ¿qué tienes más importante que tu salud?