
06 Oct El papel de la alimentación en el día a día
El tema de la alimentación casi siempre se ha visto más como el medio para lograr un fin estético más que por el mismo hecho de tener una salud decente. Pero tenemos que tener en cuenta que este factor influye directamente en nuestros órganos y por consiguiente en estructuras del sistema musculo-esquelético.
Todos sabemos que hay alimentos insanos y otras veces, por desconocimiento, pensamos que un producto es sano, y, en realidad, no es así. No se pide mantener dietas imposibles, ni que ganes un campeonato de culturismo, simplemente que te alejes de ciertos productos con altas cantidades de azúcar sin renunciar al placer de comer.
En las fechas en las que nos encontraremos en un par de meses, con tantas cenas, es fácil aumentar nuestra ingesta calórica considerablemente, y, por si no fuera poco, tendemos a movernos menos.
Esta es la prueba de fuego para observar el efecto que produce una mala y/o abundante alimentación sin realizar ejercicio. Está claro que la temporada de comilonas solo durará unas semanas, pero lo que sentiréis es solo un ejemplo de lo que se acumula a lo largo de los días de mala alimentación y falta de ejercicio.
Por tanto, es un buen momento para mostraros un documental en el que se observa el efecto que puede tener a largo plazo una ingesta excesiva y con productos poco saludables:
En este documental, se somete a un sujeto a un experimento en el cual tendrá que realizar, durante 30 días, todas sus ingestas en la cadena de comida rápida más conocida del mundo (¿adivinas ya cuál es?).
Las normas son las siguientes:
- Todas las comidas deben ser de esa cadena de restaurantes de comida rápida.
- Debe probar todos los productos durante el experimento.
- Alcanzar las 4000 kcals diarias.
- Está prohibido hacer ejercicio, y debe moverse lo mínimo posible.
- Tomar cinco comidas diarias y comerse toda la comida.
- Si le ofrecían el menú grande, debía aceptarlo.
A los pocos días del experimento ya sufrió vómitos, daños en el hígado, aumento del colesterol total en más de 60 puntos, ganancia de peso de 12 kilos, problemas de hipertensión, disfunción sexual y depresión.
Realizar ejercicio físico es una de las claves tanto en la prevención como tratamiento de las patologías, pero una gran mayoría no realiza ejercicio físico, y, si lo hace, lo hace de vez en cuando. Es necesario establecer un hábito y llevar acabo sesiones de entrenamiento que hagan que nuestro cuerpo se mueva, gane fuerza, flexibilidad, movilidad y que mejore su sistema cardiovascular.
Si enlazamos este apartado con el anterior os enseño otro documental, basado en el primero, con la diferencia de que, a la vez que se tiene una ingesta elevada y poco saludable, se realiza un entrenamiento de alta intensidad.
En este experimento, cambia una de las normas, se sustituye el sedentarismo forzado por un entrenamiento de élite y una vida activa, acumulando un mínimo de 10.000 pasos al día.
Durante el experimento no aparece ningún problema o efecto secundario de gravedad, pero al terminar los 30 días observamos los siguientes resultados:
- Aumento de peso.
- Aumento de músculo en 4,6 kg.
- Disminución del colesterol total, aumentando el HDL (el bueno) y disminuyendo el LDL (el malo).
- Hígado al límite.
- Sin problemas de hipertensión, depresión o disfunción sexual.
En resumen, este experimento nos muestra tanto los perjuicios de una dieta poco saludable, como los beneficios del ejercicio y su papel a la hora de reducir los efectos de una mala alimentación.
Que el ejercicio reduzca los efectos secundarios de una mala dieta, no quiere decir que se deba comer mal, todo lo contrario: llevar un hábito saludable y cuidar nuestra salud.
El problema radica en que la mayoría de las personas no son conscientes de lo mucho que se dejan influir por las cadenas de comida rápida, lo poco que valoran su salud (hasta que aparece algún problema), y lo fuerte que es la pereza y la comodidad a la hora de levantarse y hacer ejercicio.
Es un problema de mentalidad, que nace desde que somos pequeños, siendo bombardeados constantemente por la publicidad y nuestro ambiente. Está claro que si crecemos en un ambiente familiar obeso y sedentario, las probabilidades de ser igual que los padres son muy elevadas, y en otros casos la sociedad y las grandes empresas, se ocupan del resto.